17 de julio de 2012

Cuando los INSEGUROS son nuestros chicos


Ante hechos delictivos contra la propiedad privada se profundiza la instalación del concepto de INSEGURIDAD. No se habla de delitos sino de INSEGURIDAD.
De esta forma se genera como principal problemática social una derivada de delitos contra la propiedad, que muchas veces terminan en homicidios, siendo que no es ésta la principal problemática que enfrenta la sociedad.

¿Por qué el uso del término INSEGURIDAD y no DELITO?

¿Por qué se instala la seguridad vs inseguridad, como principal antinomia de la vida social? ¿Quien lo hace? ¿A qué intereses sirven?

Algunos de estos interrogantes nos dan paso a pensar y analizar los estrategias que pone en juego el poder, tanto político como económico, para lograr ciertos niveles de gobernabilidad, necesarios para que el sistema económico, social y cultura imperante siga en pie. Estrategias de gobernabilidad sobre los diversos sectores de la sociedad.

Así los sectores de clases medias y medias altas, que tienen bienes privados que “defender” serán convidados a enfrentarse al “flagelo” de la inseguridad, al cual se responde con medidas de “Mano dura” de sistemas cada vez mas punitivos, con mas dosis de castigo para los “Malos” que son culpables de esa inseguridad.

La otra pata de esta estrategia está basada en generar paranoia y miedo. Para esto los medios masivos de comunicación juegan un rol central, ya que sobre casos reales - innegablemente trágicos para quienes lo padecen- generan una magnificación que instala este como EL TEMA por excelencia, LA NOTICIA sobre la vida de los argentinos.  De este modo, apoderados por el miedo y la paranoia, las clases medias y altas, aceptan, y hasta reclaman, más mecanismos de represión contra los sectores más empobrecidos y excluidos de la sociedad. Ellos los que son reconocidos como probablemente “Malos”,  estigmatizados como “Posibles delincuentes”, condenados a habitar los márgenes, a alimentarse de las sobras de otros, de aquellos que ya por “incluidos” tienen esos bienes que cuidar.

Así se forma una antinomia social en la cual los que están dentro compran bienes, alimentando el auge de una sociedad de consumo en su máxima expresión,  y aquellos que imposibilitados de acceder en forma “legal” a ese consumo, implementan otras formas de poder poseer algo que los habilite a formar parte del sistema que los excluye. Ropa, celulares, autos, dinero que les permita comer, consumir, incluso sustancias tóxicas ilegales, algo que los ponga dentro y les permita así sobrevivir.

Pero como a través de una operación impecable realizada por los medios (en tanto parte del Poder Económico) junto al Poder Político, se ha logrado inscribir a la seguridad como un estado de bienestar del orden individual (pues nadie habla de seguridad social!), que peligra en manos de los jóvenes, pobres, descarriados y malos, la forma de resolverlo será reprimiéndolos, a través de las fuerzas policiales y el encierro. Aumentando las penas, siendo más duros, porque el problema parece radicar en que por un robo con arma de fuego 15 años es poco tiempo. Se resolvería con 30 años.
Con esta lógica de pensamiento encerrar a los chicos desde los 14 en lugar desde los 16 resolvería el problema de los delitos en nuestro país.
Quizás es necesario decir con claridad que el sistema penal no garantiza derechos ni repara daños, sino que castiga y profundiza la exclusión social

Se siembra miedo y se recogen medidas punitivas, una ecuación que solo sirve a quienes necesitan mantener el orden de cosas dado para garantizar su acumulación de capital.

Miren si los medios contaran a la opinión pública que en la provincia de Buenos Aires, en el año 2007 hubo 153 adolescentes detenidos acusados de homicidio.  Más allá de la dificultad de conocer si luego del proceso de juicio los chicos fueron encontrados o no culpables, estamos hablando de 153 chicos de una población de 2.000.000 de adolescentes de la Provincia de Buenos Aires.

Miren si los medios contaran a la gente que es mentira que no hay chicos de 14 y 15 años presos, sí los hay y con prisiones preventivas que los tienen hasta 3 años encerrados, sin juicios, sin saber si son o no responsables de aquellos delitos que han sido acusados.

Miren si los medios le contaran a la gente que los chicos presos (450 en la provincia de Buenos Aires actualmente) no tienen acceso a la educación, que carecen de horas de recreación, que son castigados física y psicológicamente, que al castigo recibido fuera de los muros, a la falta de alimento, de redes de contención social, de vestimenta, de escuela, se suman el castigo propio del intramuros.

Qué pasaría si los medios contaran con tanto ímpetu e insistencia, como lo hacen con algunos casos elegidos, como es la vida de los millones de niñas, niños y adolescentes de nuestro país que viven en condiciones de extrema pobreza (entendiendo la pobreza NO SOLO como falta de bienes materiales), de los cuales muchos atraviesan decenas de instituciones del Estados que no los mira, y solo los tiene en cuenta cuando la institución que los encuentra es la policial.

Quizás si se informara sobre esta realidad la noticia del día no sería la INSEGURIDAD a las que nos someten los delincuentes, sino la INSEGRIDAD SOCIAL a las que millones de personas son sometidas en este país día a día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario