13 de agosto de 2012

Un barrio que pelea por su vida


Los vecinos reunidos en la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por la Vida de Berazategui, junto a las organizaciones sociales que los acompañan, denuncian la puesta en marcha de la subestación RIGOLLEAU. “A sangre y fuego, así es como hicieron esta obra” sostienen los vecinos que se oponen a que la misma esté emplazada en medio de su barrio generando efectos nocivos para su salud.
Desde el mes de febrero y hasta hace pocos días el barrio estuvo sitiado por la policía bonaerense, quienes intimidaron a grandes y chicos, insultaron,  agraviaron y hasta golpearon a mujeres y chicos del barrio, usando todos estos tipos de mecanismos represivos permitieron que la empresa EDESUR avance y termine la obra.
La resistencia de los vecinos se debe a que la transformación de energía de alta tensión en una zona densamente poblada, como lo es la esquina de las calles 145 y 21 en Berazategui, provoca un campo electromagnético muy superior al que puede tolerar la vida humana. Prueba de esto son los efectos devastadores que sufren los vecinos de Ezpeleta que viven alrededor de la subestación SOBRAL, donde al día de hoy fallecieron 169 personas (grandes y chicos) de distintos tipos de cáncer y leucemias, entre otras enfermedades.
El ENRE (Ente Regulador de la Electricidad) no ha podido asegurar a los vecinos que los efectos de esta transformación de energía sea inocuo para la salud, decenas de cartas incluso cartas documentos, no han sido contestadas por este ENTE que se supone debe ser el nexo entre las empresas de servicios públicos y la comunidad. “EL ENRE es gerente de EDESUR” sostienen los vecinos que están cansados de ver cómo tanto el municipio, como las autoridades nacionales les han mentido, engañado y por ultimo concretado una obra que amenaza la vida de la población lindera, tanto de la subestación como del cableado de alta tensión que se extiende desde Av. Vergara por calle 21 hasta calle 145, 20 cuadras de altos niveles de contaminación electromagnética.
20 cuadras donde viven y estudian cientos de chicos que ya están expuestos a campos electromagnéticos que, según reconoce el propio ENRE, superan los que los científicos sostienen que es el límite tolerable por la salud humana, que se establece en 0,3 microteslas en la comunidad científica internacional.
¿Y la Justicia?
Pese a las pruebas aportadas y las demandas iniciadas por los vecinos, la justicia aun no ha llegado a Berazategui. Tanto el juez Armela (juez federal de Quilmes) que tardó 60 días para declararse incompetente (tiempo en el caul se termino la obra) , como ahora el Juez Ziullu (juzgado federal de La Plata) quien tampoco parece hacerse cargo de la demanda , por lo cual en estos días la Cámara Federal deberá resolver la competencia e indicar que Juzgado tomará el caso.
“No hay justicia real aquí, todos cuidan los intereses de la empresa y su negocio” sostienen los vecinos, “esto es un genocidio” dicen quienes preocupados por la salud de sus hijos, siguen participando semana a semana de la asamblea de vecinos, que continua movilizada y actuando, respaldados por más de 200 instituciones educativas, gremiales, diputados, científicos, profesionales de varias disciplinas, que han firmado un manifiesto de repudio a la puesta en marcha de esta subestación, la cual se realizó en forma inconsulta y pasando por encima mediante represión y apremios ilegales, sobre la voluntad de la población damnificada.
“SERAN penalmente responsables todos los funcionarios municipales, provinciales y nacionales que por acción o inacción están sometiéndonos a este flagelo”, afirman los vecinos que tienen iniciada ya varias causas en la justicia nacional y no descartan presentaciones en tribunales internacionales.

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