Los vecinos reunidos en la Asamblea de Vecinos
Autoconvocados por la Vida de Berazategui, junto a las organizaciones sociales
que los acompañan, denuncian la puesta en marcha de la subestación RIGOLLEAU.
“A sangre y fuego, así es como hicieron esta obra” sostienen los vecinos que se
oponen a que la misma esté emplazada en medio de su barrio generando efectos
nocivos para su salud.
Desde el mes de febrero y hasta hace pocos días el
barrio estuvo sitiado por la policía bonaerense, quienes intimidaron a grandes
y chicos, insultaron, agraviaron y hasta golpearon a mujeres y chicos del
barrio, usando todos estos tipos de mecanismos represivos permitieron que la
empresa EDESUR avance y termine la obra.
La resistencia de los vecinos se debe a que la
transformación de energía de alta tensión en una zona densamente poblada, como
lo es la esquina de las calles 145 y 21 en Berazategui, provoca un campo
electromagnético muy superior al que puede tolerar la vida humana. Prueba de
esto son los efectos devastadores que sufren los vecinos de Ezpeleta que viven
alrededor de la subestación SOBRAL, donde al día de hoy fallecieron 169
personas (grandes y chicos) de distintos tipos de cáncer y leucemias, entre
otras enfermedades.
El ENRE (Ente Regulador de la Electricidad) no ha
podido asegurar a los vecinos que los efectos de esta transformación de energía
sea inocuo para la salud, decenas de cartas incluso cartas documentos, no han
sido contestadas por este ENTE que se supone debe ser el nexo entre las
empresas de servicios públicos y la comunidad. “EL ENRE es gerente de EDESUR”
sostienen los vecinos que están cansados de ver cómo tanto el municipio, como
las autoridades nacionales les han mentido, engañado y por ultimo concretado
una obra que amenaza la vida de la población lindera, tanto de la subestación
como del cableado de alta tensión que se extiende desde Av. Vergara por calle
21 hasta calle 145, 20 cuadras de altos niveles de contaminación
electromagnética.
20 cuadras donde viven y estudian cientos de chicos
que ya están expuestos a campos electromagnéticos que, según reconoce el propio
ENRE, superan los que los científicos sostienen que es el límite tolerable por
la salud humana, que se establece en 0,3 microteslas en la comunidad
científica internacional.
¿Y la Justicia?
Pese a las pruebas aportadas y las demandas iniciadas
por los vecinos, la justicia aun no ha llegado a Berazategui. Tanto el juez
Armela (juez federal de Quilmes) que tardó 60 días para declararse incompetente
(tiempo en el caul se termino la obra) , como ahora el Juez Ziullu (juzgado
federal de La Plata) quien tampoco parece hacerse cargo de la demanda , por lo
cual en estos días la Cámara Federal deberá resolver la competencia e indicar
que Juzgado tomará el caso.
“No hay justicia real aquí, todos cuidan los intereses
de la empresa y su negocio” sostienen los vecinos, “esto es un genocidio” dicen
quienes preocupados por la salud de sus hijos, siguen participando semana a
semana de la asamblea de vecinos, que continua movilizada y actuando,
respaldados por más de 200 instituciones educativas, gremiales, diputados,
científicos, profesionales de varias disciplinas, que han firmado un manifiesto
de repudio a la puesta en marcha de esta subestación, la cual se realizó en
forma inconsulta y pasando por encima mediante represión y apremios ilegales,
sobre la voluntad de la población damnificada.
“SERAN penalmente responsables todos los funcionarios
municipales, provinciales y nacionales que por acción o inacción están
sometiéndonos a este flagelo”, afirman los vecinos que tienen iniciada ya
varias causas en la justicia nacional y no descartan presentaciones en
tribunales internacionales.
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